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MISIONES FAMILIARES – EXCELSA EXPERIENCIA (II)
Por Ernesto Ribadeneira T.

Este es un segundo reportaje que pretende dar continuidad al que habíamos hecho el año anterior, en Julio. A quien no lo haya visitado, recomendamos visitarlo, en http://www.creser.net/vacaciones.html, previo a continuar con este, pues en él se plantea una perspectiva global necesaria para que este se aquilate en su magnitud y verdadero sentido.
Lo primero es destacar el cambio de nombre, de VACACIONES FAMILIARES, que fue el del reportaje inicial, al de MISIONES FAMILIARES que es el del actual. Ese cambio, de una sola palabra tiene grandes y profundas implicaciones, que ya aparecieron en el reportaje de Julio pasado, y que es muy importante ubicarlas en su verdadero contexto. No hay que dejar de decir, en todo caso, para quien el cambio de palabra le genere “recelo” que la riqueza de la experiencia es tan fenomenal, que todos los que han participado, o por lo menos una gran mayoría, consideran que desde la perspectiva del buen uso del tiempo libre y en familia, no hay actividad en el mundo que le supere a esta, incluidos viajes a Disney World. Hay varios casos de jóvenes que renunciaron a unas vacaciones de feriado más "mundanas" para participar en esta Misión.

Bernarda Barahona, de 16 años, con su ahijada Kerly
Ella renunció a unos días de vacaciones para participar en la Misión
Foto: gentileza de Susy Vallejo

 


 

Es grato destacar que los hijos del autor de esta nota, Juan Pablo y Nena Ribadeneira, de 21 y 20 años de edad respectivamente,  aceptaron participar en la misión, en plan de “aventura familiar, que incluya el hacer una buena obra por Semana Santa”.

Juan Pablo y Nena Ribadeneira, llegando a Bolívar.

Mucho es lo que se puede decir sobre una experiencia de este tipo, pero en aras del tiempo del visitante, que siempre es escaso, vamos a enfocar en unos pocos botones de muestra que dibujan un perfil de lo que vivimos quienes participamos en la MISIÓN FAMILIAR de Schönstatt en Semana Santa de 2012.

1.- Homenaje a Jesucristo, Dios encarnado.- Es grato incluir este reportaje como un homenaje más en este número deque contribuya al ambiente de festejo, alegría, celebración, que debe imperar en esta temporada,  en torno a la fiesta de la Resurrección de Jesús, pues, justamente su encarnación, vida, pasión, muerte y resurrección tienen por sentido el convocarnos a todas las personas, a que nuestra vida incluya acciones como las que se informan en este reportaje.

2.- Ratificamos lo dicho en nuestro primer reportaje sobre este tema: este tipo de acciones son las que le ofrecen esperanza a nuestra América Latina, en múltiples aspectos. Por diferentes vías, el autor de este reportaje ha entrado en contacto con una realidad que tiene mucha importancia en este contexto: mucho… mucho… mucho más dolorosa que la pobreza, para los más necesitados de nuestra sociedad... es la... ¡falta de amor!. Desde esta perspectiva también debe ser apreciado el contenido de este reportaje.

3.- Y así mismo desde la perspectiva que ofrecen los dos numerales anteriores, pasamos a narrar bosquejar algunos pincelazos de lo fue esta vivencia:

a.-Para el autor de esta nota, una de las principales maneras de detectar los momentos de “intensa presencia de Dios” son aquellos en que “el lagrimómetro” se activa. Por lagrimómetro, entendemos a esa sensación que en ciertas circunstancias hace que nuestros ojos se llenen de lágrimas… y nuestra alma de una sensación que es muy difícil de describir… ¡gozo!... ¡profunda emoción! serían términos que muy someramente describirían estas sensaciones. Uno de esos momentos fue cuando un grupo de jóvenes, hombres y mujeres de entre 10 y 18 años, representaron la pasión de Jesús. Aún mayor impacto que el momento de la muerte de Jesús, con todo lo que él implica, tuvo el percibir como estos chicos vivían aquello que estaban representando. Hay que anotar que en estos momentos hubo una gran presencia de los nativos del Bolívar.

Jóvenes y niños misioneros representan la pasión de Jesús, el Viernes Santo
Foto: gentileza de Sofi Terán

b.- La actitud de la gente de Bolívar.- Quienes han participado en varias misiones, desde que este empeño se inició hace cerca de dos años, destacan la evolución de la actitud de la gente, desde una hostilidad generalizada al inicio, a una relación de gran apertura, acogimiento, confianza… ¡amor! que se aprecia en diferentes maneras.Dos botones de muestra en este aspecto, experimentados por el autor de esta nota: en la primera visita fue notorio como en algunas de las casas del pueblo, se tocaba música a todo volumen… ¡y qué música!. En esta última visita, sin que ninguno de los “misioneros” haya hecho gestiones en ese sentido, estas “discotecas domésticas” habían desaparecido, y nótese que estábamos en un “feriado”. Por otro lado, en relación a la visita de Julio pasado, la apariencia física del pueblo ha mejorado significativamente en por lo menos dos aspectos: por un lado el pasto/césped que antes estaba en general descuidado, ahora más bien está cortado, lo cual mejora considerablemente el paisaje. Y a ello contribuye además un segundo punto, tan o más importante que el anterior: la basura de todo tipo (incluidas las omnipresentes botellas de plástico) ha desaparecido del paisaje… ¡Qué cambio!. El interior del pueblito, con estos cambios se ha integrado fenomenalmente al paradisíaco ambiente natural que le adorna, tanto al interior como en su entorno.

Misioneras haciendo trabajo manual con gente del pueblo
Foto: gentileza de María José Guzmán

4.- ANÉCDOTAS.- En medio del sol calcinante, los voraces moscos que a más de alguien tenían a mal andar, uno de los elementos permanentemente presentes era la alegría… las sonrisas… el el espíritu de camaradería… y el humor… sano humor. Un par de ejemplos:

    a.- Pablo Terán, “el chino” uno de los pioneros de la misión, cuenta que Don Segundo* (en ciertos casos, usamos nombres ficticios, si bien son situaciones reales), dueño de una modesta tienda del pueblo, a quien a hecho varios intentos de convencer para que se case con doña Elsa, su conviviente desde hace sesenta años, con la que ha procreado varios hijos… -mmmm, don Pablo- dice Don Segundo, y se queda pensativo, y un momento después, sonríe con picardía, y manifiesta: -¿Sabe que?... ¡Todavía no me decido!.

    b.- Alberto, “el gordo” Rosales, simpático participante de la Misión, también de los pioneros, cuando el último día el Padre Eduardo abre “el micrófono” y nos invita a que los misioneros compartamos vivencias, manifiesta: Bueno…, la verdad es que yo no me explico lo que me está pasando… Cuando se acerca la fecha de venir a la misión, digamos que, una semana antes, me empiezo a poner, tenso, nervioso, intranquilo… Solo de pensar que se acerca el día, del calor que nos espera, de los mosquitos, de todo el trabajo que habrá que hacer… me empiezo a dar vueltas en la cama… ¡me cuesta dormir!. Pero lo que me tiene loco, es que cuando ya estoy aquí, en medio de todo eso, el calor, los mosquitos, el trabajo… ¡todo sale bien!... Mucho más sufro la semana anterior pensando en las incomodidades que voy a pasar, pero cuando ya estoy aquí, no solo que no sufro… ¡sino que hasta me divierto!

5.- ENTREVISTAS.- Par completar este reportaje, incluimos dos entrevistas a sendos jóvenes, Paola Lecaro y Fepo Terán, que comparten lo que para ellos significa el participar en las misiones. Huelgan más comentarios:

               Click para ver entrevista a Paola Lecaro

               Click para ver entrevista a Fepo Terán

Por la riqueza que contiene esta iniciativa, es nuestra intención continuar informando sobre ella en futuras entregas, de tal manera que nuestros visitantes no solo estén al tanto de su evolución, sino que, idealmente, se interesen por participar en esta, u otras acciones de índole similar. Soñando un poquito... imagine el visitante el efecto que tendría para nuestra América Latina si iniciativas como esta se multiplicaran a lo largo y ancho de nuestra región, conformando una corriente de vida cuyo combustible fuese ¡el Amor!. ¡Ahí si que estaríamos hablando en serio!. Ahí si que estaríamos abriendo la puerta hacia tiempos... no mejores... ni mucho mejores... sino ¡inimaginablemente mejores! para nuestra sufrida región. No con esto queremos decir que este ejemplo sea único, al contrario, los hay muchos... pero de ahi a que esta sea una corriente de vida que esté beneficiando al curso de nuestra historia... todavía hay una enorme distancia. En estos terrenos es que enfoca todo su empeño.

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