Por Heather Warwick

Traducido por

Para ver el original en Inglés, clic en el link http://thefederalist.com/2015/03/17/dear-gay-community-your-kids-are-hurting/

Comunidad gay, yo soy tu hija. Mi mamá me crió con su pareja del mismo sexo en los años 80 y 90. Ella y mi padre estuvieron casados por poco tiempo. Ella sabía que era gay antes de casarse, pero las cosas eran diferentes en aquel entonces. Así es como he llegado hasta aquí. Fue complicado,  como se puede imaginar. Ella lo dejó cuando yo tenía dos o tres años, porque quería una oportunidad de ser feliz con alguien que realmente amara: una mujer.

Mi padre no era un gran tipo, y después de que ella lo dejó,  nunca se interesó por mí.

¿Te acuerdas de ese libro, "Heather tiene dos mamás"?  Esa era mi vida. Mi madre, su pareja, y yo vivíamos en una pequeña casa acogedora en los suburbios de una zona muy liberal y de mente abierta. Su compañera me trató como si fuera su propia hija. Junto con la pareja de mi mamá, yo también heredé su comunidad muy unida de amigos gays y lesbianas. ¿O tal vez me heredaron?

De cualquier manera, todavía siento que la gente gay es mi gene. He aprendido mucho de ustedes.  Ustedes me enseñaron a ser valiente, sobre todo cuando hay dificultades. Me enseñaron de empatía. Me enseñaron a escuchar. Y a bailar. Ustedes me enseñaste no tener miedo de las cosas que son diferentes. Y ustedes me enseñaron a pararme por mi mismo, incluso si eso significa quedarse solo.  

Me dirijo a ustedes porque he decidido "salir del closet": no apoyo el matrimonio gay. Pero puede que no sea por las razones que ustedes piensan.

Los niños necesitan una madre y padre

No es porque seas gay. Te amo, de todas maneras. Es debido a la naturaleza de la propia relación del mismo sexo.

Al crecer, e incluso a mis 20 años, he apoyado y defendido  el matrimonio gay. Es sólo con un el tiempo y la distancia de mi infancia que soy capaz de reflexionar sobre mis experiencias y reconocer las consecuencias a largo plazo que la paternidad del mismo sexo ha tenido sobre mí. Y es sólo ahora, cuando veo a mis hijos amar y ser amado por su padre cada día, que yo puedo ver la belleza y la sabiduría en el matrimonio y la crianza tradicional.

El matrimonio del mismo sexo y la paternidad ocultan ya sea la madre o el padre de un niño mientras él o ella (el padre o la madre) dicen que no importa, que es lo mismo. Pero no lo es. Muchos de nosotros, una gran cantidad de hijos de ustedes, padres (o madres gay)  están sufriendo. La ausencia de mi padre dejó en mi un profundo vacío,  y me dolía cada día de no tener un papá. Quise mucho a la pareja gay de mi mamá, pero otra mamá nunca pudo haber reemplazado el padre que no tuve.

Crecí rodeada de mujeres que dijeron que no necesitan o quieren un hombre a su lado. Sin embargo, cuando niña, quería desesperadamente tener un papá. Es una cosa extraña y confusa caminar por la vida con ese profundo dolor en medio de una comunidad que dice que los hombres son innecesarios. Hubo momentos en que me sentí tan enojada con mi padre por no estar allí para mí, y luego a veces me sentía enojada conmigo misma por sentir ese anhelo de tener un padre. Hay partes de mí que todavía lloran esa pérdida (del padre. Nota de creSer+)

No estoy diciendo que ustedes no pueden ser buenos padres. Ustedes pueden. Yo tenía uno de los mejores. Tampoco estoy diciendo cuando uno es criado por padres heterosexuales automáticamente todo va a salir bien. Sabemos que hay muchas maneras diferentes que  pueden romper la unidad familiar y causar daño y sufrimiento a los niños: el divorcio, el abandono, la infidelidad, el abuso, la muerte, etc. Pero en general, la mejor y más exitosa  estructura familiar es una en el cual los niños son criados por su madre y su padre.

¿Por qué no son honestos los hijos de parejas gay?

El matrimonio gay no sólo redefine el matrimonio, sino también la paternidad. Promueve y normaliza una estructura familiar que necesariamente nos niega algo precioso y fundamental Se nos niega algo que necesitamos y anhelamos, mientras que al mismo tiempo se nos dice que no necesitamos lo que naturalmente anhelamos. Que vamos a estar bien. Pero no lo estamos. Esto causa daño.

Si alguien puede hablar de cosas difíciles, somos nosotros.

A los niños de padres divorciados se les permite decir: "Oye, mamá y papá, te amo, pero el divorcio me afectó,  y ha sido muy duro. Se afectó mi autoestima y sentí como que era mi culpa. Es tan difícil vivir en dos casas diferentes. "Los niños de adopción se les permite decir:" Hey, padre adoptivo, te amo, Pero esto es muy difícil para mí. Yo sufro porque mi relación con mis primeros padres se rompió. Estoy confundido y yo los extraño a pesar de que nunca los he conocido "

Pero los hijos de padres del mismo sexo no se les ha permitido expresarse de la misma manera. No se trata sólo de mí. Sucede con muchos de nosotros. Estamos demasiado asustados para hablar sobre nuestras heridas y dolor, porque por alguna razón se siente como que no somos escuchados. No lo quieren escuchar. Si decimos que estamos sufriendo porque fuimos criados por padres del mismo sexo, o somos ignorados, o etiquetados como un enemigo, odiador.

No se trata de odio en absoluto. Sé que ustedes entienden de dolor de una etiqueta injusta, y el dolor de una etiqueta  que se utiliza para difamar o silenciar. Y sé que han sido realmente odiados,  y que realmente han sido heridos. Yo estaba allí, en las marchas, cuando sostenían carteles que decían: "Dios odia a los maricas" y "el SIDA cura la homosexualidad." Lloré y me volví enardecido de cólera allí mismo, en la calle, con ustedes. Pero ese no soy yo. Esos no somos nosotros.

Sé que esta es una conversación difícil. Pero tenemos que hablar de ello. Si alguien puede hablar de cosas difíciles, somos nosotros. Ustedes me lo enseñaron.



Heather Barwick fue criada por su madre y su pareja del mismo sexo de su madre. Ella es una ex defensora del matrimonio gay, que se volvió activa defensora de los derechos de los niños. Ahora es esposa, y madre de cuatro vibrantes chiquillos.