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UN CUENTO PARA REFLEXIONAR.
¿ÁGUILA O GALLINA?
Autor desconocido

Un pichón de águila cae de su nido. El granjero lo ve, lo levanta y lo guarda en la bolsa. Al llegar a su granja lo mezcla entre las gallinas. El águila crece comiendo, durmiendo y haciendo todo como ellas. Una vez crecida, un hombre que pasa la ve en el gallinero comiéndole maíz del granero. "Señor, ¿cómo es que el águila está entre las gallinas?, pregunta. "¿Qué águila, señor?, le responde el granjero. "Esa que está en el medio de todas las gallinas". "En mi granjero solo tengo gallinas, señor". "Mire-le indica el forastero-eso que está ahí es un águila y de las más agresivas del mundo". "Como le dije, yo solo tengo gallinas", insiste el granjero, "si me permite, le probaré que es un águila. Para eso la subiré a la punta del techo de su galpón y desde allí la haré volar como hace un águila". Propone el paseante. "Si tira la gallina del techo verá que vuela como gallina". El forastero pone una escalera hasta el techo, toma el águila, sube la escalera, y en la parte más alta suelta el animal. Este aletea, aletea, pero acaba en el piso como una gallina. "Si me permite una vez más le demostraré que es un águila", insiste. "Si quiere tratar de hacer volar a la gallina va a tardar más de lo que imagina", le advierte el granjero. Pero el forastero vuelve a subir y a largar el águila, que otra vez, tras aletear, da contra el piso del gallinero. "¿No ve? Es una gallina", afirma el granjero. "Y dígame granjero, ¿usted me vendería su águila?". "Si, yo vendo mis gallinas" Le responde. El paseante paga el precio, lo retira y enfila por el camino cuesta arriba hacia la gran montaña. Cuando llega al acantilado se detiene, saca su águila, se arrima al borde del abismo y la suelta. Esta empieza a aletear como gallina, pero el miedo a golpear contra el acantilado y perecer hace que pronto comience a aletear más fuerte hasta que sus alas embolsan aire y levanta vuelo. Se eleva más y más alto hasta perderse en el horizonte.

Conclusión:
El águila que estaba dentro del gallinero despertó.

¿Por qué siendo águilas nos comportamos como gallinas? Nos criamos entre gallinas y pensamos que debemos ser como lo son a nuestro alrededor. Pero aunque sea cómodo ser gallina, somos águilas y como tales debemos actuar a pesar de que nos digan, juren y repitan que somos gallinas. No, no lo somos, somos águilas



            
  


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